PORTAL DE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL, DEL EMPRENDIMIENTO SOCIAL Y DE LA ECONOMÍA DEL BIEN COMÚN

Concepto de Emprendimiento Social

El emprendimiento social y sus características básicas

El emprendimiento social es la parte del emprendimiento en general que tiene por protagonistas a las personas e instituciones de la economía social al servicio de valores que van directamente más allá del mero beneficio económico personal de las personas emprendedoras, para desarrollar iniciativas y redes compartidas capaces de generar valor añadido social en sentido amplio.

La adjetivación del emprendimiento como “social” tiene el sentido de diferenciarse del emprendimiento comercial, que se dirige a las actividades económicas en general, mediante el desarrollo de nuevas actividades y nuevas organizaciones cuyo éxito beneficia directamente a sus impulsores solo indirectamente a la sociedad en términos de creación del empleo o de generación de renta y de riqueza. El emprendimiento social se caracteriza por pertenecer al sector privado de la economía, y no al sector público.

Tanto el emprendimiento comercial como el social tienen varios puntos en común, como la detección de necesidades no cubiertas o insuficientemente cubiertas, la innovación en productos o servicios que diferencien a las actividades emprendedoras del resto, el diseño de estructuras organizativas capaces de proporcionar tales bienes y servicios a una escala adecuada, o las dificultades iniciales de los proyectos de emprendimientos (financiación, tamaño mínimo, pérdidas iniciales, etc.).

Sin embargo, en el caso del emprendimiento social, las necesidades no cubiertas de modo adecuado se caracterizan por ser comunes a amplios grupos sociales con menor poder adquisitivo, o ninguno; la innovación en productos y servicios se caracteriza por aportar en su producción, distribución, etc., connotaciones sociales ampliamente compartidas, como las restricciones ecológicas s a la producción, la orientación hacia los bienes preferentes, la ausencia de beneficio o la reinversión del mismo, etc. Las estructuras organizativas mediante las cuales se aplican las ideas del emprendimiento social no son de mercado, en algunos casos, y en otros, pese a ser de mercado en el sentido de que la mayor parte de sus ingresos procedente del mercado, cualifican su actuación mediante el cumplimiento de determinados criterios (como por ejemplo los propios del movimiento cooperativo, que son los más conocidos), en beneficio de los sectores sociales a los que se dirigen y de sus propios trabajadores, y no meramente de los detentadores del capital financieros.

Las dificultades financieras del emprendimiento social se palian en la medida de lo posible a través del recursos a mecanismos como el mecenazgo, el microfunding, el recursos a la obra social del movimiento cooperativo, las líneas de financiación de algunas entidades socialmente responsables, la participación en viveros o incubadoras de empresas sociales, o algunas líneas públicas de financiación en condiciones menos restrictivas que las habituales. A menudo, el impulso inicial de todo ello recae en emprendedores sociales concretos, que son personas que conocen en profundidad las necesidades de algunos sectores sociales con dificultades estructurales, son capaces de organizar una comunidad de beneficiarios potenciales y de desarrolladores del proyecto social, y están fuertemente motivados hacia el cambio social (sea por distintas razones psicológicas, ideológicas, religiosas, generacionales, de desarrollo personal, etc.).

Las potencialidades actuales y futuras del emprendimiento social han llevado a la Unión Europea a proponer una estrategia para su impulso, que contiene como elementos principales:

  • El incremento de la visibilidad y el reconocimiento de las empresas de economía social en sentido amplio (mediante la difusión de su impacto social; la puesta en práctica de una estrategia de comunicación sobre el emprendimiento social a escala de la UE; el desarrollo de redes internacionales en el sector; y la incorporación del emprendimiento social en todas las políticas, programas y prácticas de las administraciones públicas).
  • El desarrollo de un entorno económico europeo que permita a la economía social y sus empresas acceder a la financiación (en particular para favorecer la formación de su capital humano; para facilitar la financiación de sus infraestructuras; y para el desarrollo de viveros o aceleradores especializados en empresas de economía social).
  • El establecimiento de normas legales y reglamentarios que propicien la creación y el desarrollo de empresas que operen en dicho sector (por ejemplo, mediante las adecuadas consideraciones sociales en la contratación pública).

Los enfoques teóricos sobre la empresa social

Los desarrollos teóricos sobre el concepto de empresa social comenzaron a desarrollarse a ambos lados del Atlántico a mediados de la década de los 90 del siglo XX y han dado lugar a una diversidad de enfoques que, ofreciendo coincidencias significativas, también presentan una notable diversidad conceptual que hace difícil una delimitación de la empresa social compartida por dichos enfoques. Un detallado análisis comparativo del enfoque continental europeo y de los dos principales enfoques norteamericanos puede encontrarse en los trabajos de Defourny y Nyssens (2012) y de Monzón y Herrero (2016).

El enfoque europeo continental EMES

La red europea de investigación EMES establece nueve criterios de identificación de la empresa social agrupados en tres bloques, a saber, el de la dimensión económica y empresarial, el de la dimensión social y el de la dimensión participativa. De esta forma se facilitan dos objetivos: el primero de ellos, reconocer fácilmente la empresa social como parte integrante de la economía social y, el segundo objetivo, facilitar una perspectiva comparada con los enfoques norteamericanos de la empresa social.

Los tres indicadores de la dimensión económica y empresarial configuran a la empresa social como un productor de mercado, por utilizar la terminología de los Sistemas de Contabilidad Nacional, y permiten diferenciar a la empresa social de las entidades del Tercer Sector de Acción Social, cuya principal fuente de recursos no proviene del mercado. Una actividad continuada de producción de bienes y servicios, un nivel significativo de riesgo económico y una mínima cantidad de trabajo remunerado, son los tres indicadores que permiten diferenciar a las empresas sociales de las entidades de acción social, que los Sistemas de Contabilidad Nacional clasifican en el sector institucional Instituciones Sin Fines de Lucro al Servicio de los Hogares (ISFLSH).

En cuanto a los indicadores de la dimensión social destaca el objetivo explícito de beneficiar a la comunidad, así como el que las empresas sociales sean la consecuencia de dinámicas colectivas, que impliquen a colectivos de personas. El tercer indicador de esta dimensión social tiene que ver con la lucratividad, ya que, aunque de forma limitada, se permite la distribución de excedentes, como es el caso de muchas cooperativas.

La tercera dimensión, vinculada a las exigencias de un gobierno participativo de las empresas sociales es, probablemente, una de las diferencias más significativas en el enfoque EMES y los enfoques norteamericanos. Los tres indicadores de esta tercera dimensión hacen hincapié en la autonomía de gestión y gobierno del grupo de personas que crean y desarrollan el proyecto empresarial, tanto en relación a los poderes públicos como respecto a otras entidades privadas. Y, de forma expresa, señalan la importancia de que los procesos de toma de decisiones sean democráticos y participativos, no vinculados a la propiedad del capital.

Esta triple dimensión de la empresa social en el enfoque EMES configura a las empresas sociales como parte integrante del amplio conjunto de agentes que integran la economía social y que, como se verá más adelante, conforma el concepto de empresa social que ha prevalecido en los documentos de las instituciones de la Unión Europea.

El enfoque norteamericano de la escuela “Earned Income” (generación de ingresos)

Las diferentes corrientes de pensamiento norteamericanas sobre la empresa social han sido agrupadas en dos enfoques principales (Dees y Anderson, 2006), el enfoque de la escuela “Earned Income” y el de la escuela de “innovación social”, promovido por Ashoka.

El enfoque “Earned Income” subraya el papel que desempeñan las empresas sociales como organizaciones que realizan una actividad mercantil con el propósito de generar ingresos que financien fines sociales. A su vez, dentro de este enfoque cabe distinguir dos desarrollos, el denominado “Commercial Non-Profit” (enfoque comercial no lucrativo) y el “Mission-Driven Bussines” (enfoque del negocio orientado a la misión). En el enfoque “Commercial Non-profit” las empresas sociales se sitúan en el ámbito de las organizaciones no lucrativas, al no repartir sus beneficios, que se destinan al cumplimiento de su misión social. Las empresas sociales pueden desarrollar cualquier actividad de negocio, aunque dicha actividad solo esté relacionada con su misión social por los recursos financieros que asegura. El enfoque “Mission-Drivern Bussines” amplia el ámbito de las empresas sociales a cualquier forma de empresa, incluidas las empresas lucrativas, siempre que desarrollen una misión social.

El enfoque norteamericano de la innovación social

El enfoque de la innovación social se centra exclusivamente en la innovación social y en la satisfacción de las necesidades sociales, siendo secundario en el mismo la forma de propiedad, pública, capitalista o de economía social. Dicho enfoque pone el énfasis en el papel individual del emprendedor social, a diferencia del enfoque EMES, que contempla a las empresas sociales como consecuencia de dinámicas colectivas. El emprendedor social es la figura clave de la empresa social, en tanto que principal responsable del emprendimiento y del cambio social.

Las principales diferencias entre los enfoques norteamericanos y europeo sobre la empresa social tienen mucho que ver con los diferentes contextos en que surgieron. En Estados Unidos la empresa social fue una respuesta empresarial a desafíos sociales tradicionalmente atendidos por las organizaciones no lucrativas de acción social que, ante la reducción de subsidios públicos y donaciones privadas en la década de los ochenta del siglo pasado, tuvieron que desarrollar estrategias empresariales que generarán ingresos para financiar sus actividades filantrópicas. En Europa Occidental las empresas sociales surgieron para ayudar a resolver problemas de desempleo estructural y de colectivos de difícil empleabilidad, además de atender otros servicios sociales orientados a colectivos en riesgo de exclusión social. Es decir, en general, no se crearon para financiar a entidades no lucrativas de acción social, sino para resolver problemas de desempleo y de atención social a grupos sociales vulnerables mediante el ejercicio de actividades productivas diversas. Expresado en términos de actores, mientras que en Estados Unidos los protagonistas del emprendimiento social fueron las fundaciones y asociaciones de acción social, en Europa fue la tradición cooperativa, en el ámbito de la economía social, la que estuvo en la base del desarrollo de las empresas sociales, como puso de relieve el extraordinario desarrollo de las cooperativas sociales italianas desde mediados de la década de los noventa del siglo pasado. Las principales similitudes y diferencias entre los diferentes enfoques de la empresa social pueden apreciarse en el Cuadro, en el que la empresa social del enfoque EMES es la única que, de forma inequívoca, se sitúa en el marco teórico y conceptual de la economía social, diferenciándose del resto de enfoques, sobre todo, por la dinámica colectiva del emprendimiento social y por la dimensión democrática y participativa de su sistema de gobernanza, ausente o secundaria en los enfoques norteamericanos.

Cuadro: Coincidencias y diferencias entre los principales enfoques de empresa social

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La identificación de la empresa social por las instituciones de la unión Europea en el ámbito de la economía social

En un escenario dominado por la crisis financiera y económica que se desató en septiembre de 2008 las instituciones de la Unión Europea (Comisión, Comité Económico y Social, Comité de las Regiones y Parlamento Europeo) promueven diversas iniciativas para impulsar políticas públicas de apoyo a las empresas sociales, lo que les obliga a delimitar las características identitarias que dichas empresas deben tener para ser acreedoras de dichas políticas. Por su carácter pionero destaca el Dictamen del Comité Económico y Social Europeo (CESE) sobre “Distintos tipos de Empresa” (01/10/2009, INT/447). En dicho Dictamen se perfilan las principales características de las empresas sociales, su vinculación a la economía social (“cooperativas sociales y otras empresas similares de muy diverso estatuto jurídico”) y sus ámbitos preferentes de actuación (“prestación de servicios como la sanidad, el medio ambiente, los servicios sociales y la educación,… la creación de empleo y la integración en el mercado de trabajo de personas desfavorecidas”) y se insta a la Comisión Europea para que considere “seriamente la posibilidad de diseñar una política para empresas sociales”.

El Dictamen del CESE sobre “Espíritu empresarial y empresas sociales” de 26/10/2011 (INT/589) establece las siguientes características comunes de las empresas sociales:

  • Principalmente objetivos sociales en lugar del lucro
  • Reinversión de la mayor parte de los excedentes
  • Diversidad de formas jurídicas.
  • Productores de bienes y servicios con innovación social.
  • Entidades independientes, estructuras participativas de codecisión y gobernanza democrática. Procedentes o asociadas con organizaciones de la sociedad civil.

Al mismo tiempo que el anterior Dictamen, la Comisión Europea no solo ofrece una descripción de las características de la empresa social, sino que expresamente las define como parte integrante de la economía social: la empresa social es un operador de la economía social, cuyo objetivo principal es tener un impacto social, en lugar de obtener un beneficio para sus propietarios o accionistas. Produce bienes y servicios para el mercado de una manera innovadora y emprendedora y utiliza sus beneficios principalmente para lograr los objetivos sociales. Está sometida a una gestión responsable y transparente, e involucra en ella a sus empleados, clientes e interesados en sus actividades (Comunicación de la Comisión Europea “Iniciativa en favor del emprendimiento social”, COM (2011) 682, 25/10/2011). La comunicación de la Comisión también señala el ámbito de actuación preferente de las empresas sociales: a) empresas que prestan servicios sociales o suministran bienes y servicios destinados a un público vulnerable y b) empresas que persiguen la inserción laboral de personas de difícil empleabilidad pero cuya actividad puede incluir bienes y servicios que no sean sociales.

Por su parte, el Reglamento (UE) nº 1269/2013 del Parlamento Europeo y del Consejo sobre Empleo e innovación social reitera el concepto de empresa social ya establecido en la Comunicación de la Comisión anteriormente citada, al igual que la Resolución del Consejo de la Unión Europea sobre la promoción de la economía social de 7 de diciembre de 2015.

Por último, el GECES (Grupo de Expertos de la Comisión para el Emprendimiento Social) en su Informe General dado a conocer en octubre de 2016 (General Report GECES: 2016) subraya las raíces europeas de la empresa social basadas en el concepto de economía social, reiterando que “a pesar de su gran variedad, las empresas sociales comparten, al menos, cuatro rasgos comunes: un objetivos social, conducta emprendedora, gobernabilidad democrática y/o participativa y reinversión de los beneficios”.

Vocabulario del emprendimiento social

  1. Agentes del emprendimiento social
  2. Alianzas para el emprendimiento social
  3. Emprendimiento comercial
  4. Emprendimiento social
  5. Empresas sociales
  6. Estrategia de emprendimiento social
  7. Financiación social
  8. Grassroots Social Innovations
  9. Innovación comercial
  10. Innovación técnica
  11. Innovación social
  12. Medición del impacto social de los proyectos
  13. Modelo de creación de valor social
  14. Modelo organizativo del emprendimiento
  15. Nuevos problemas sociales
  16. Objetivos de Desarrollo Sostenible
  17. Personas emprendedoras
  18. Proceso de generación de valor social
  19. Red para la generación de valor social
  20. Relación entre la organización y los grupos sociales beneficiarios
  21. Sostenibilidad financiera de los proyectos sociales

Glosario del emprendimiento social

Alianzas para el emprendimiento social

La unión de entidades que presten servicios complementarios o parecidos, y de organizaciones que sean diferentes pero que comparten necesidades similares; la creación de consorcios con otras entidades para generar grupos con gran capacidad de inversión; la unión para racionalizar, armonizar e integrar el funcionamiento de las entidades, generando sinergias y cooperación entre las mismas.

Grassroots Social Innovations

Innovaciones que surgen y se desarrollan desde la base social a la que se dirigen.

Innovación comercial

La innovación centrada en alcanzar una mayor rentabilidad y un mayor éxito comercial a nivel empresarial; en las innovaciones comerciales las rentas derivadas de la ventaja competitiva que genera la innovación recaen sobre el innovador, mientras que en la innovación social recaen sobre el usuario final).

Innovación social

La innovación que aporta nuevas soluciones (productos, servicios, modelos, mercados, procesos, etc.) que a la vez de satisfacer una necesidad social (con más eficacia que las soluciones existentes) dan lugar a nuevas capacidades y relaciones nuevas o mejoradas y a una mejor utilización de los activos y recursos” (Comisión Europea, 2013).
Innovación que proporciona mejoras intangibles como nuevas prácticas sociales, cambios de comportamiento, colaboraciones entre agentes, etc. Mientras que las innovaciones comerciales son fácilmente cuantificables dada su tangibilidad, las innovaciones sociales son muy difíciles de medir, dado el carácter de la innovación social y el impacto que producen en la sociedad

Nuevos problemas sociales

Problemas sociales que se agudizan, o que surgen derivados de nuevas causas (por ejemplo, los derivados del cambio climático, los riesgos ecológicos, el aumento de las desigualdades, la crisis financiera o la pobreza y la exclusión social).

Personas emprendedoras

La figura de la persona socialmente emprendedora tiene la motivación de generar un cambio social profundo y duradero, y no está orientada al beneficio económico propio. Para ello, requiere de unas características personales y habilidades entra las que destaca principalmente las siguientes: visión a medio y largo; creatividad; determinación; coherencia y fortaleza ética; voluntad de servicio a la comunidad; conocimiento profundo de las necesidades sociales que se desea abordar; red social que es capaz de tejer; capacidades profesionales que poner en práctica;

Estrategia de emprendimiento social

Proceso que conduce al desarrollo eficaz de la idea emprendedora que se desea implantar. Puede concretarse en decisiones tales como la comunicación estrecha con los sectores sociales beneficiarios del proyecto planteado, la explotación de los puntos fuertes de las personas emprendedoras, la selección de alternativas de gestión que impliquen menores niveles de inversión de los recursos escasos, las alianzas con otros actores complementarios al proyecto, etc.

Referencias recientes de interés sobre emprendimiento social

Alonso, D., González, N. & Nieto, M. (2015): «Emprendimiento social vs innovación social», Cuadernos Aragoneses de Economía, vol. 24, nº 1-2, 119-140.

Comisión Europea (2013): Social economy and social entrepreneurship. Social Europe guide, Volume 4”, abril 2013. http://ec.europa.eu/social/main.jsp?catId=738&langId=es&pubId=7523

Curto Grau, M. (2012): “Los Emprendedores Sociales: Innovación al servicio del Cambio Social”, Cuadernos de la cátedra ‘la Caixa’ de responsabilidad social de la empresa y gobierno corporativo, nº 13, enero 2012.

Global Entrepreneurship Monitor

Curto Grau, M. (2012): “El emprendimiento social: estructura organizativa, retos y perspectivas de futuro”, Cuadernos de la Cátedra ‘la Caixa’ de Responsabilidad Social de la Empresa y Gobierno Corporativo, nº 14, abril 2012.

Enlaces

Red creactiva: http://www.redcreactiva.org/

Red Jovesolides: http://redjovesolides.org/

Red EMES: http://emes.net/

Grupo de expertos GECES: http://ec.europa.eu/growth/sectors/social-economy/enterprises/expert-groups_en

Social Enterprise Scontland: http://www.socialenterprisescotland.org.uk/

Social Enterprise UK: https://www.socialenterprise.org.uk/

Stanford Social Innovation Review: https://ssir.org/

Social Enterprise Alliance https://socialenterprise.us/about/