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Comunicación de la Comisión, de 2 de julio de 2002 relativa a la “Responsabilidad social de las empresas: una contribución al desarrollo sostenible” (COM/2002/0347)

Esta Comunicación describe la propuesta de estrategia europea destinada a promover la responsabilidad social de las empresas y examina su repercusión en las empresas y en la sociedad. La Comunicación va dirigida a las Instituciones europeas, a los Estados miembros y a los interlocutores sociales, a las asociaciones de empresas y consumidores, a las empresas individuales y a otros agentes interesados, recordando que la estrategia europea de promoción de la RSC sólo podrá desarrollarse y aplicarse a través de la acción conjunta de todas las partes, motivo por el que invita a todos ellos a que se asocien a la iniciativa.

La Comunicación reconoce que pese a la amplia gama de enfoques relativos a la RSE existe un consenso generalizado en que sus principales características son que:

  • la responsabilidad social consiste en un comportamiento que adoptan las empresas voluntariamente, más allá de sus obligaciones jurídicas, por considerar que redunda a largo plazo en su propio interés;
  • la responsabilidad social está intrínsecamente vinculada al concepto de desarrollo sostenible: las empresas deben integrar en sus operaciones las consecuencias económicas, sociales y medioambientales;
  • la RSE no es algo que pueda «añadirse» optativamente a las actividades principales de la empresa, sino que afecta a su propia gestión.

También reconoce que en Europa existe una larga tradición de iniciativas empresariales socialmente responsables, pero que lo que distingue al concepto actual de responsabilidad social es el intento de gestionar dicha responsabilidad de manera estratégica y dotarse con los instrumentos adecuados para ello.

La Comisión Europea concibe la RSE como la integración voluntaria por parte de las empresas de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y sus relaciones con sus interlocutores (stakeholders).

La Comisión propone centrar su estrategia en diversas acciones como: dar a conocer mejor el impacto positivo de la responsabilidad social en las empresas y en la sociedad; fomentar el intercambio de experiencias y buenas prácticas en materia de RSE entre las empresas; promover el desarrollo de las capacidades de gestión en el ámbito de la RSE; fomentar la adopción de prácticas de responsabilidad social entre las PYME; facilitar la convergencia y la transparencia de las prácticas y los instrumentos de responsabilidad social (Códigos de conducta, contabilidad, auditoría y elaboración de informes, etiquetas, inversión socialmente responsable), e integrar la responsabilidad social en las políticas comunitarias.

Por último, puesto que todo indica que la responsabilidad social de las empresas aporta un valor a la sociedad contribuyendo a un desarrollo más sostenible, se recomienda que las autoridades públicas fomenten las prácticas empresariales responsables desde un punto de vista social y ecológico.